Todo el que ha tenido alguna vez una planta de cannabis en casa lo sabe: o la proteges con todo tipo de medios, o tu perro se la come. Y no se come un poquito, para purgarse, como hacen a veces todos los carnívoros con otras especies vegetales. No, si tenías ocho plantas, las ocho macetas aparecen vacías. Se pone hasta las trancas.
Que los animales también se colocan es algo conocido ya desde que Darwin observó a un grupo de monos emborracharse con frutas fermentadas. Y que lo hacen a conciencia, localizando sistemáticamente las zonas donde están sus drogas favoritas y repitiendo su comportamiento cada temporada, también. Primates y elefantes apuestan por el alcohol de las frutas podridas, los caballos se ponen de estramonio, los renos prefieren las setas psicodélicas (especialmente amanita muscaria), y los gatos flipan con la hierba gatera.
Pero la maría es un caso universal. Prácticamente no existe especie animal que no se sienta tentada por una planta de cannabis, o en su defecto por sus semillas. Esto incluye, desde luego, a los insectos y otros pequeños bichos, por eso las plantaciones de marihuana están expuestas a tantas plagas.
Aquí puedes encontrar cinco datos curiosos sobre la relación de los animales con nuestra planta favorita
1. En Suiza y Lichtenstein, donde el pienso de cáñamo para ganado se ha prohibido por temor a que el THC pase a la leche y la carne destinadas a consumo humano, los ganaderos protestan enérgicamente ya que consideran que los animales se crían mejor con el cannabis y están más relajados que con cualquier otra dieta.
2. Los ratones y hámsters eligen siempre las semillas cannábicas entre todas las demás, y los estudios de laboratorio han demostrado que adquieren rápidamente tolerancia, lo que elimina el riesgo de intoxicaciones.
3. Algunos vendedores de semillas para pájaros proclaman que las semillas de cáñamo aumentan la copulación de las aves. Y también son los cañamones los primeros que se comen de entre todo el mix de granos.
4. Los antiguos griegos utilizaban cannabis para tratar a sus animales: como antiinflamatorio, para limpiar heridas y para prevenir los parásitos intestinales. Los tratados de medicina antigua le conceden una importancia decisiva para los tratamientos veterinarios.
Hasta el año de su prohibición, en 1937, en Estados Unidos se vendían cientos de remedios que contenían aceite de cannabis psicoactivo para animales de granja. Estos remedios se utilizaban para enfermedades y trastornos idénticos a los que hoy en día se tratan con marihuana medicinal para seres humanos: como antiespasmódico, sedante, analgésico y para todo tipo de trastornos intestinales.
5. En un estudio de 2001, la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrió que las hembras de conejo en periodo de amamantar producen en su leche cannabinoides que estimulan el apetito de su descendencia. Lo que llevó a estudiar más profundamente la función de ciertos cannabinoides para estimular el apetito humano.
La zoofarmacognosia investiga el uso intencionado de recursos naturales por los animales, como por ejemplo, el uso de plantas como medicina, o su empleo lúdico festivo. Parece lógico que una planta con tan obvias propiedades medicinales para los humanos atraiga también la atención de otras especies, igualmente capaces de reconocer su potencial.
Además, los animales tienen la ventaja de ignorar todo el discurso alarmista-prohibicionista que los humanos llevamos soportando desde principios del siglo XX. Ellos se dejan llevar por la experiencia, y repiten aquellos comportamientos que en el pasado les han producido beneficios. Por eso no cabe duda de que seguirán consumiendo marihuana siempre que la tengan a su alcance.
Así que ya sabéis, ¡proteged con uñas y dientes las plantas para defenderlas de vuestras mascotas o tendréis unas macetas vacías y un perro flipado!
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Fuente: https://www.lamota.org/es/blog/animales-cannabicos/
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