Colitis ulcerosa y cannabis medicinal
Muchos estudios señalan el potencial medicinal de la planta de cannabis. Entre otras cosas, se dice que sus ingredientes tienen un efecto analgésico y antiinflamatorio, que podría ser beneficioso en la enfermedad crónica colitis ulcerosa.

Al igual que la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino (EII). Mientras que la colitis ulcerosa sólo inflama el recto y en algunos casos el colon, la enfermedad de Crohn afecta a todo el tubo digestivo.
Otra característica que distingue a ambas enfermedades es que el centro de la inflamación en la colitis ulcerosa suele limitarse a la mucosa intestinal (capa superior de la pared intestinal). En cambio, en la enfermedad de Crohn el foco puede extenderse a todas las capas de la pared intestinal.
Frecuencia y evolución de la enfermedad
Solo en Alemania se producen entre 3 y 3,9 nuevos casos al año por cada 100.000 habitantes. Por norma general, la enfermedad aparece entre los 20 y los 40 años. Las mujeres y los hombres se ven afectados con la misma frecuencia.
En más del 80% de los pacientes, la enfermedad inflamatoria intestinal crónica es recidivante. Esto significa que se producen tanto ataques agudos con síntomas graves como fases sin síntomas. Sin embargo, la colitis ulcerosa también puede tener un curso crónico y continuo sin fases libres de síntomas. Este es el caso de aproximadamente el 10% de los afectados.
Causas y factores de riesgo
Se desconocen las causas y los factores de riesgo de la mayoría de las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas. Lo mismo ocurre con la colitis ulcerosa. Se cree que los factores genéticos desempeñan un papel importante, ya que la colitis es hereditaria. Los hermanos de las personas afectadas tienen entre 10 y 50 veces más riesgo de desarrollar también la enfermedad, en comparación con otras personas.
Sin embargo, la predisposición genética no conduce automáticamente a la aparición de la enfermedad. Es probable que otros factores, como las infecciones, una dieta poco saludable, problemas psicológicos o un sistema inmunitario alterado, intervengan en el desarrollo de la enfermedad.
Síntomas de la colitis ulcerosa
La enfermedad suele comenzar de forma insidiosa y los enfermos no se dan cuenta al principio. A medida que la inflamación en el intestino se va extendiendo, pueden aparecer los siguientes síntomas
Diarrea con sangre y mucosa
Dolor abdominal bajo con calambres, a menudo antes de la defecación
Dolor abdominal de tipo cólico, a menudo en la parte inferior izquierda del abdomen
Dolor al defecar
Fiebre leve
Necesidad de defecar por la noche
Flatulencia
Anemia causada por diarrea con sangre
Pérdida de peso, fatiga, pérdida de rendimiento.
Además, algunos pacientes sufren otros síntomas, como:
Inflamación de las articulaciones, la columna vertebral, el sacro o los ojos
Osteoporosis
Cambios en la piel (pequeñas úlceras, nódulos rojo-púrpura)
Inflamación de los conductos biliares
Además, la colitis ulcerosa puede provocar complicaciones como el megacolon tóxico, en el que el intestino se dilata de forma aguda a medida que la inflamación se extiende por toda la pared intestinal. Como resultado, el intestino ya no puede transportar las heces, ya que está como paralizado (íleo paralítico). En este caso, existe el riesgo de rotura intestinal. El contenido intestinal entra en la cavidad abdominal y se produce una peligrosa peritonitis.
Si los pacientes presentan síntomas como un abdomen duro, distendido y doloroso y fiebre alta, esto puede indicar una complicación de este tipo y se debe consultar inmediatamente a un servicio de urgencias. Esto se debe a que la rotura del intestino puede poner en peligro la vida del paciente.
Colitis ulcerosa: tratamiento y terapia
La causa de la enfermedad inflamatoria intestinal colitis ulcerosa aún no se conoce. Por lo tanto, el objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas, así como prolongar las fases libres de síntomas.
Para ello se utilizan diversos fármacos: el ácido 5-aminosalicílico (5-ASA) es un agente antiinflamatorio que se prescribe en forma del precursor mesalazina en forma de comprimidos, supositorios, espumas o enemas. Los corticosteroides (cortisona) también tienen un efecto antiinflamatorio y se utilizan en forma de supositorios, enemas o comprimidos.
Tanto los medicamentos que contienen el principio activo mesalazina como la cortisona pueden provocar graves efectos secundarios. La cortisona, en particular, puede provocar efectos secundarios a largo plazo.
En casos graves o cuando la cortisona no es eficaz, algunos pacientes reciben inmunosupresores (por ejemplo, metotrexato, azatioprina o ciclosporina). Esto puede tener un efecto positivo en la evolución de la enfermedad. Sin embargo, también se puede considerar el uso de anticuerpos contra el TNF (por ejemplo, infliximab, glimumab o adalimumab), que inhiben el mensajero inflamatorio TNF. Cuando se toman inmunosupresores y anticuerpos contra el TNF, también pueden producirse efectos secundarios graves, como la propensión a las infecciones, y también es posible la intoxicación.
Los fármacos que se utilicen en el tratamiento dependen siempre de varios factores, como el alcance de los síntomas y la extensión de la inflamación en el intestino, entre otros.
Además del tratamiento farmacológico, es importante que los afectados lleven una dieta variada y equilibrada y eviten los componentes de los alimentos difíciles de digerir y las especias picantes durante un episodio agudo.
Los pacientes suelen sufrir también síntomas de carencia, como la falta de ácido fólico, zinc, hierro y vitamina B12. Si la carencia no se puede compensar con la dieta, los médicos también pueden recetar preparados de alta dosis.

El cannabis medicinal contra la inflamación crónica
Varios estudios ya han aportado pruebas claras de que los procesos inflamatorios también están controlados por el sistema endocannabinoide. En el tracto digestivo se han detectado los receptores cannabinoides CB1 y CB2. Por lo tanto, es posible activarlos mediante la administración de cannabinoides.
Los investigadores descubrieron que los receptores cannabinoides 2 (CB2) pueden desempeñar un papel especial en el tracto intestinal. Aunque la presencia y la función de los receptores CB2 en el tracto gastrointestinal aún no han sido bien investigadas, los resultados hasta ahora son prometedores. Por ejemplo, los receptores CB2 pueden estar implicados en la regulación de la motilidad anormal (capacidad de movimiento del intestino), la modulación de la inflamación intestinal y la limitación de la sensibilidad y el dolor visceral.
Según los investigadores, los receptores cannabinoides 2 proporcionan un sistema de frenado y un mecanismo fisiopatológico para la resolución de la inflamación y muchos de sus síntomas. Por tanto, la activación de los receptores CB2 es una diana terapéutica muy prometedora para la inflamación en el intestino, donde están presentes la activación inmunitaria y la disfunción de la motilidad.
Investigadores italianos, por su parte, se han centrado en los receptores CB1, afirmando en un estudio que existen pruebas en el tracto digestivo de la presencia de altas concentraciones de endocannabinoides (anandamida y 2-araquidoilglicerol) y de enzimas implicadas en la síntesis y el metabolismo de los endocannabinoides (cannabinoides endógenos).
Asimismo, los estudios inmunohistoquímicos han demostrado la presencia de receptores CB1 en los plexos neuronales a lo largo del tracto digestivo.
Con la ayuda de estudios farmacológicos, también se había demostrado que la activación de los receptores CB1 podía causar la relajación del esfínter esofágico inferior, la inhibición de la motilidad gástrica y la secreción de ácido, y la motilidad y secreción intestinal.
Se dice que esta inhibición se debe a una menor liberación del neurotransmisor acetilcolina de los nervios entéricos. Este sistema nervioso entérico consiste en una compleja red de células nerviosas que recorre todo el tracto gastrointestinal.
Por el contrario, los endocannabinoides parecen estimular las neuronas sensoriales primarias del intestino a través del receptor vanilloide VR1. En consecuencia, el sistema endocannabinoide está implicado en el control fisiológico de la motilidad intestinal y en algunas condiciones fisiopatológicas, como el íleo paralítico, la inflamación intestinal y la diarrea inducida por la toxina del cólera.
Además, el equipo de investigación afirma que el sistema endocannabinoide puede representar una nueva diana terapéutica para el tratamiento de varios trastornos gastrointestinales, como las náuseas y los vómitos, las úlceras pépticas, la diarrea, el íleo paralítico, la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
El cannabis medicinal en el tratamiento de las enfermedades intestinales crónicas
En 2017, investigadores de Austria afirmaron en su estudio que se sabe, a partir de encuestas y pequeños ensayos clínicos en pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, que el cannabis se utiliza habitualmente para aliviar la diarrea, el dolor abdominal y la pérdida de apetito.
Los